COLUMNA PCCRELATOS DEL PODER

Retiran la placa de Miguel Márquez del auditorio del HGL

El auditorio del nuevo Hospital General de León se quedó sin nombre. No hay placa. No hay letrero. No hay nombre. Han quitado el letrero que decía ‘Auditorio Miguel Márquez Márquez’ después de que a algún funcionario se le ocurriera que el sitio debería llamarse como el exgobernador de Guanajuato.

Esa costumbre de ponerle a los edificios públicos el nombre de los gobernantes ha quedado en el siglo pasado. De hecho no hay en Guanajuato calles que lleven el nombre de Vicente Fox, ni de Juan Carlos Romero Hicks, ni de Juan Manuel Oliva.

Tampoco hay calles que lleven el nombre de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto. Esa vieja costumbre de hacer culto a la personalidad ha quedado en el pasado. Antes, los mismos gobernantes hacían bulevares y les ponían su nombre. Hoy eso está mal visto.

Esa vieja costumbre de ponerle a los edificios públicos el nombre de los gobernantes ha quedado en el pasado. Hoy eso está mal visto

La prueba fue la petición de Miguel Márquez de quitarle el nombre a ese auditorio del Hospital General de León. “Nunca he hecho eso. No estoy de acuerdo”, dijo Márquez.

Por lo mismo hoy vuelve a entrar a debate el nombre de los sitios públicos, después de que el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva, decidiera quitar las placas de Gustavo Díaz Ordaz en la Ciudad de México al cumplirse 50 años de la matanza de Tlatelolco.

La decisión ha provocado el debate sobre si Díaz Ordaz debe tener sitios con su nombre. En León hay una calle llamada Gustavo Díaz Ordaz en la colonia Presidentes de México. Y en Irapuato hay un bulevar importante que se llama también Díaz Ordaz.

En realidad ningún gobernante debería tener una escuela o una calle con su nombre. Ni Benito Juárez fue tan bueno como para tener mil calles, ni Miguel Hidalgo fue tan especial como para tener mil escuelas. Lo más triste es que cuando hacemos una nueva obra no hallamos ningún nombre honorable y limpio como para poderlo asignar a una gran obra orgullo de la sociedad.

Conclusión: Si el nombre de Miguel Márquez fue retirado de un auditorio porque “se veía mal” (a petición de él mismo) entonces el nombre de Gustavo Díaz Ordaz debería ser retirado de inmediato de todas las calles y obras buenas de la sociedad.

 

  • Twitter: pccarrillo
  • Correo: deochonews@gmail.com

 

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Pablo César Carrillo

Periodista de estos tiempos.

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