OPINIÓN

El paro nacional de mujeres fue un hecho y el país lo sintió

Ayer simplemente desaparecimos

Una semana antes del 9 de marzo, para todas las mujeres se presentó una serie de acontecimientos que pretendían marcar y concientizar al país.

Desde convocatorias a marchas hasta el paro nacional de nosotras. El objetivo del nueve ninguna se mueve era hacerles entender a la sociedad y en especial al género masculino la falta que hace una mujer en la vida cotidiana.

Pero no solo se trataba de la ausencia, sino que todos pensaran que habíamos desaparecido para siempre y de la manera en que muchas lo han hecho: privadas de la libertad, violadas, desmembradas, prostituidas y abandonadas en un baldío.

Ayer, publicaciones y notas informaban que distintos lugares de la ciudad se encontraban solos, no había mujeres.

Ayer no escuché a la señora de mi cuadra apresurar a su hijo para llegar a la escuela. Ayer no abrió la de la fondita que vende comida en la mañana. Ayer el taconeo de mi vecina  no fue mi alarma. Ayer simplemente desaparecimos.

Cuando decido salir para ver qué era lo que pasaba, con lo primero que me topé fue con un acoso callejero, dos hombres me silbaron y el “que rica” se hizo sonar. Caminé y encontré a un grupo de mujeres entrando al parque, como si se tratara de un día descanso.

En la farmacia tres mujeres atendían portando un moño color morado. Vi que el bulevar estaba tranquilo, el semáforo marcó el alto para los autos y en ninguno había una mujer.

En el supermercado solo atendían tres cajas, y quienes ahí estaban eran hombres. Pocas personas compraban cosas. Nunca vi tan solo el super.

De repente un mensaje de mi pareja llegó, él es maestro en una secundaria y lo primero que leí es que ninguna de las docentes se presentó a trabajar, ninguna alumna asistió y la directora había mandado a su esposo a abrir la escuela.

Que a la hora de la entrada no había ninguna mamá, los padres fueron quienes llevaron a sus hijos y a la hora de la salida, lo mismo.

“Hace falta el toque femenino en la escuela”, me dijo, “los chicos dicen que extrañan a sus compañeras”.

El paro nacional era un hecho. No había mujeres donde acostumbraba verlas. A las calles les faltaba el andar de nosotras y el país lo sintió.

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