El presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador ha dejado ver que los amuletos religiosos y que las limpias son las únicas protecciones con las que cuenta.

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El mandatario nacional ha compartido que es creyente de las buenas y malas vibras. La primera vez que López Obrador habló de sus remedios y amuletos fue en marzo, cuando en una conferencia mañanera se le preguntó  por el tema del coronavirus. Ahí, el mandatario sacó distintos objetos que para él son su protectores ante cualquier mal.

«Detente enemigo que el corazón de Jesús está conmigo», leyó AMLO una estampa que sacó de su cartera. Después,quiso mostrar un trébol que le fue dado por restaurantero de Tampico, pero el presidente no lo encontró.

La estampa de «Detente enemigo» es muy conocida y popular entre quienes creen en remedios ligados con la religión y la magia. Incluso luego de que el presidente los mostrara, en el Mercado de Sonora de la Ciudad de México se popularizó más y hasta lo venden con un aceite que tiene la imagen del miso Andrés Manuel.

La silla presidencial embrujada

En mayo, Andrés Manuel nuevamente dio de qué hablar con sus declaraciones, otra vez fue en una de las mañaneras, donde López Obrador reveló que antes de llegar al Palacio Nacional mandó a limpiar la silla presidencial debido a un rumor de que estaba embrujada.

El mandatario tomó como referencia el hecho histórico marcado por Emiliano Zapata descrito en el libro «Aguila y Serpiente» de Martín Luis Guzmán, quien sugiere que el revolucionario se rehusaba a sentarse en la Silla Presidencial porque estaba maldita.

“Es la foto en la que están sentados. Villa en la silla presidencial y Zapata no se quiso sentar en ella porque sostuvo que estaba embrujada. Yo no sé si estaba embrujada o no, pero de todas maneras, antes de que yo llegara, la mandé a limpiar”, dijo López Obrador.