«Decían que no iba a venir y aquí estoy»
Primeros 'balazos' de Peso Pluma en su debut en la plaza
Por Juanjo Cabello / Opinión.
Hay túneles de ‘El Chapo’ con mejor acústica que el Palenque. Así que las dos primeras horas del concierto fueron una tortura planificada por el director del coro de la DEA.
Ya cuando empezaron a entrar los vientos el empaste alcanzó esas dimensiones bíblicas que te permiten viajar en el espacio-tiempo. No sé cómo le fue a los demás. Yo alcancé a dar una charla titulada ‘La apología del delito la inventó un asesor de comunicación’ en el V Congreso de Administradores de Grupos de WhatsApp (Región Centro Occidente) celebrado en un hotel de Tijuana.
La salida de ‘Peso Pluma’ me agarró apenas regresando. Y ahí empezó la jarana.
“¿Ustedes qué son? ¿Buenos? ¡Qué va! Solo saben esconderse y cómo mentir. Yo no tengo ese problema”. Las pantallas escupieron en la cara de un recinto ‘Sold Out’ una de las escenas más sólidas de la saga ‘El Padrino’.
De negro y blanco salió la estrella. ‘El niño que va pá arriba’. De Jalisco. 23 años. “Decían que no iba a venir y aquí estoy”. Y se metió a León en el bolsillo en sus primeros ‘balazos’ en la plaza. Mejoró el sonido. Sin milagros. El ‘corrido tumbado’ y belicón se apoderó de la escena.
La madrugada levantó. Había ambiente de fiesta. Familias enteras disfrutando con el flow de ‘Peso Pluma’. Jóvenes y miles de adolescentes. Papás que acompañaron a sus hijos disfrazados de personajes de la serie ‘Narcos’ (¿también la cancelamos?).
Y varios comandos uniformados con equipo táctico naranja. Armados con puntiagudas charolas repletas de papas con limón. Policía. Bomberos. También había cuartos de baño. Nada que no te puedas encontrar en un concierto de ‘Pimpinela’. O de Santa Fe Klan. Que se aventó un ‘palomazo’.
Si hubo apoteosis al final ya no sé. Después de ‘Siempre Pendiente’ agarré mi Cheyenne. Eran más allá de la 1:15. Pero detrás se quedó un manchón de gente. Parecían felices.
