El día que explicaron la libertad de expresión el ‘Señor de las Mañaneras’ no fue a clase. Y es que aunque se vista de guinda seda con las mañas del viejo PRI se queda. «Puro periodista del régimen» llamó a los 180 reporteros, editores y articulistas que firmaron una carta tras el atentado contra Ciro Gómez Leyva. Y se quedó tan ancho.
Hay que tener la cara más dura que las vías del Tren Maya para intentar anotarse un tanto político con un intento de asesinato. Y aunque muy común en aquellos tiempos de las noches oscuras, sigue siendo bajo, ruin y zafio.
«Vigilarlo con lupa será ahora el deber de una ciudadanía que no parece dispuesta a seguir siendo estafada por sus representantes políticos. La oposición ha quedado hecha añicos con el histórico fracaso del PAN, el PRI y el PRD», escribí en este mismo portal horas después de aquella noche electoral de la que saliste presidente.
Pero resulta que al ‘transparente’ no le gusta que le miren. Y menos que le cuestionen. Porque el ‘Señor de las Mañaneras’ es un iluminado. Combate el Covid con estampitas. Los balazos con abrazos. Y por arte de magia ha convertido a los periodistas que critican al poder en soldados de un ejército fantasma que lucha contra el pueblo.
«Si hace 18 años los ciudadanos decidieron dinamitar la dictadura perfecta del PRI después de 70 años de monopolio político, ahora exigen un cambio de régimen tras dos décadas de alternancia de los partidos tradicionales que, como diría Groucho Marx, partiendo de la nada han elevado al país a las más altas cotas de la miseria», escribí también aquel julio de 2018. Y no sabes cómo me arrepiento de haberme equivocado tanto.
Régimen, según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, es el «sistema político por el que se rige una nación». Y eso eres tú.
